4 de febrero de 2009

Dios te habla… (parte 4)



Cuando te consumes en el dolor y el sufrimiento, yo soy tu curación. Mi poder ajusta y regula todas las cosas, aun ahora mismo yo causo un cambio completo en las circunstancias y establezco orden perfecto. No importa cuan lejos tu pienses que te has descarriado, no importa cuan perdido te sientas, yo estoy contigo y en ti. Nunca puedes estar fuera de mi amor.

Estoy presente en todo lugar y en todas las cosas, estoy en todas partes e inmediatamente accesible para ti en todo momento, solo espero que me reconozcas. Nunca te abandonaré, al igual que hice con Moisés, así haré contigo, donde quiera que vayas yo iré, estaré ahí mismo contigo. Solo recuerda buscarme, esperarme. No busques ninguna señal, no busques nada fuera de ti, no hay paz ni descanso para aquellos que buscan fuera de su propio ser. Yo soy el todo suficiente que mora en ti.

La mente es el instrumento a través del cual puedes conocerme. Hablamos mediante las ondas de mi luz, las cuales nacen a cada momento. Mantén tu mente clara, sensible y tierna, y aun tus susurros serán escuchados y yo habré de responder. Yo te traigo mi gracia y mi gloria, te otorgaré todo bien. Yo estoy obrando dentro de tu ser dándote la voluntad y el poder de lograr el plan que he trazado para ti.

Tu no me has escogido a mi pero yo te he escogido a ti y te he designado para que vayas adelante cosechando frutos. Hay un lugar en el cual te he colocado y donde quiero que estés. Puede parecerte un lugar escondido apartado de las multitudes, quizás no entiendas el por que, sin embargo estás en ese lugar para aprender a confiar. Confía en mi donde quiera que estés, yo te guiare con mis consejos y mi sabiduría durante toda tu vida.

Mi palabra será como una lámpara a tus pies y lumbrera en tu camino. En mi tu demuestras verdad y discernimiento, ya no hay miedo ni confusión en tu vida, al confiar en mi tienes a tu disposición el poder más grande del mundo. Este poder es instantáneo, constante y no puede fallar. Yo no contemplo las cosas al igual que tu. Tu miras las apariencias externas, sin embargo yo miro el corazón.

Otros podrían llegar a ver tus fracasos, quizás no entiendan, sin embargo yo puedo ver en ti lo que nadie mas puede ver. Acaso no eres obra mía? Tu eres mi hijo amado en el cual yo me he complacido. Descansa en mi y espera pacientemente que yo haga mis obras.

No hay comentarios.: