22 de diciembre de 2009

Historia del himno noche de Paz



Todo comenzó una tarde de Nochebuena en Austria. José Mohr había pasado horas escribiendo en el pequeño despacho de su iglesia desde que el organista le había avisado que el órgano se encontraba fuera de servicio.

Por fin llevó el papel al músico, Franz Grüber, quien exclamó, ¡Pastor Mohr, son las palabras perfectas! En poco tiempo Grüber les agregó una sencilla melodía y juntos pudieron entregar su “regalo Navidad” a la pequeña congregación; cantando el nuevo villancico acompañados con la guitarra de Grüber.

Los años pasaron con la partitura guardada en el asiento del órgano, hasta que un día lo descubrió un técnico que afinaba el órgano de Oberndorf. Él quedó encantado con el villancico y lo llevó a otros pueblos. Por fin el emperador Federico Wilhelm IV lo escuchó, y tanto se entusiasmó que ordenó que se cantara en todas las iglesias del imperio ese año. Desde entonces, no ha sido necesario ningún edicto para que “Noche de Paz ” sea cantado en el mundo entero.

Letra:

Noche de paz, noche de amor. Todo duerme en derredor. Entre los astros que esparcen su luz, bella anunciando al niñito Jesús, brilla la estrella de paz, brilla la estrella de paz.

II
Noche de paz, noche de amor. Oye humilde, fiel pastor: coros celestes proclaman salud, gracias y glorias en gran plenitud, por nuestro buen Redentor, por nuestro buen Redentor.

III Noche de paz, noche de amor. Ved qué bello resplandor luce en el rostro del niño Jesús, en el pesebre, del mundo la luz; astro de eterno fulgor, astro de eterno fulgor.


16 de diciembre de 2009

Cállate y escucha



¿Alguna vez has pensado por que Dios nos dio sólo una boca pero dos oídos? Porque quiere que hablemos menos y escuchemos más. Así, que, cállate y escucha. Escucha a Dios a través del canto de un pájaro, del sonido del agua en un río, de la risa de un niño, del saludo de un extraño, de un rayo en medio de una tormenta o del silbido del viento. Dios habla a través de tu conciencia; cuando callas y aquietas tu alma, el susurra a tu corazón palabras de amor, de consuelo, de aliento. El te guía, te instruye, te muestra el camino; pero para escucharlo, es necesario estar en silencio.

“Calla, y te enseñaré sabiduría” Job 33:3

Fuente:www.amoreterno.org

3 de diciembre de 2009

Practicar la presencia de Dios



La verdadera prueba del carácter y de la vida espiritual de una persona no es lo que hace en los momentos extraordinarios de la vida, sino lo que hace en el diario devenir de su vida, cuando nada grande o emocionante sucede.

En el siglo XVI existió un monje a quien llamaban hermano Lawrence. Este monje expresó una gran verdad que debe ser aceptada y practicada por cada uno de los cristianos del siglo XXI. Afirmó: «Para mí el tiempo de actividad no es diferente del tiempo de oración. El bullicio y las presiones de la vida diaria no me hacen perder el sentido de la presencia de Dios ni la paz y tranquilidad que él me da».

Como se puede ver, Lawrence no sentía urgencia por retirarse en soledad para encontrarse con Dios, para adorarlo y tener comunión y compañerismo. Se encontraba con él en toda actividad que realizaba. Esta es la clase de vida que Jesús desea para cada uno de sus seguidores.

La Biblia habla de varios hombres que practicaron la presencia de Dios. El primero que menciona es Enoc, de quien se dice que caminó con Dios. También tenemos el caso de José, del cual se dice que el Señor estaba con él en cuanto hacía. Podríamos mencionar también a Moisés, que se sostuvo como viendo al invisible. De Eliseo se dijo que vivía como en la presencia de Dios. El apóstol Pablo, por su parte, puso los ojos en Jesús, el Autor y Consumador de la fe.

¿Qué significa en nuestros tiempos practicar la presencia de Dios diariamente? ¿Cómo podemos practicar la presencia de Dios? Para nosotros significa que hablamos con nuestro Padre celestial constantemente acerca de las actividades, las reuniones, los quehaceres, las frustraciones y las alegrías de nuestro diario vivir. Significa orar acerca de las cosas según van surgiendo cada día. Significa que, cuando nos detenemos frente a la luz roja de un semáforo, oramos por aquellas personas, necesidades y amigos, que Dios trae a nuestra mente. Significa entonar un cántico de alabanza al Creador, mientras estamos en un atasco al viajar a nuestro trabajo, o al regresar a nuestro hogar.

Este día aprovecha todo momento para estar en contacto con el Señor. Cualquiera sea el lugar donde te encuentres o la actividad que realices, no lo pierdas de vista. Como el profeta Eliseo, vive siempre, actúa y habla como en la presencia de Dios. Siente que el Señor está a tu diestra y que nada ni nadie hará que lo olvides. Fuente: Reflexiones Cristianas.
  • Porque David dice de Él: "Veia siempre al Señor en mi presencia; pues está a mi diestra para que yo no sea conmovido". Hechos 2:25
  • "No te desampararé, ni te dejaré". Hebreos 13:5
  • "No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo". Salmo 23:4
  • "Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa. Isaías 41:10
  • Emanuel... Dios con nosotros. Mateo 1:23
  • "He aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo". Mateo 28:20