29 de diciembre de 2010

Gracias Señor


Gracias Padre precioso, te amo, te adoro.
Respondiste mi oración,
me diste una segunda oportunidad.
Soy muy feliz gracias a ti.
Gracias Jesucristo por ser mi Salvador,
Maestro, Guia, Refugio,
gracias por ser mi Gran Amor!


21 de diciembre de 2010

Invocación al Señor



Te invoco, Dios Verdad, principio, origen y fuente de la verdad de todas las cosas verdaderas. Dios Sabiduría, autor y fuente de la sabiduría de todos los que saben. Dios verdadero y suma Vida, en quien, de quien y por quien viven todas las cosas que suma y verdaderamente viven. Dios Bienaventuranza, en quien y por quien son bienaventurados todos los que son bienaventurados. Dios Bondad y Hermosura, principio, causa y fuente de todas las cosas buenas y hermosas. Dios Luz espiritual, que bañas de claridad todo lo que brilla a la inteligencia. Dios, cuyo reino es todo el mundo inaccesible a los sentidos. Dios, que gobiernas los imperios con leyes que se derivan a los reinos de la tierra.

Separarse de Ti es caer; volverse a Ti, levantarse; permanecer en Ti es hallarse firme. Alejarse de Ti es morir, volver a Ti es revivir, morar en Ti es vivir. Nadie te pierde sino engañado, nadie te busca sino avisado, nadie te halla sino purificado. Dejarte a Ti es ir a la muerte, seguirte es amar, verte es poseerte. Para Ti nos despierta la fe, levanta la esperanza, une la caridad. […]

Óyeme, escúchame, atiéndeme, Dios mío, Señor mío, Rey mío, Padre mío, principio y Creador mío, esperanza mía, herencia mía, mi honor, mi casa, mi patria, mi salud, mi luz, mi vida. Escúchame, escúchame, escúchame según tu costumbre, de tan pocos conocida.

Ahora te amo a Ti solo, a Ti solo sigo y busco, a Ti solo estoy dispuesto a servir, porque tú solo justamente señoreas; quiero estar bajo tu jurisdicción. Manda lo que quieras, pero sana mis oídos para oír tu voz, cura y abre mis ojos para ver tus signos; destierra de mí toda ignorancia para que te reconozca. Dime adónde he de dirigir la mirada para verte, y espero hacer todo lo que me mandes. […]

Y mientras lleve la carga de este cuerpo, haz que sea puro, magnánimo, justo y prudente, perfecto amante y conocedor de tu sabiduría, y digno de la habitación y habitante de tu beatísimo reino. Amén, amén.

Fuente: Textos de San Agustín – Invocación al Señor (Soliloquios, libro I, cap. 1).

12 de diciembre de 2010

mi Creador y tu mi dueño



El que cuida de mis sueños,

el guardián de mis momentos...

Poderoso y siempre tierno...

mi Creador y tú mi dueño ♥

25 de noviembre de 2010

Adoremosle!



Que todo lo que respira alabe a Dios, hombres de toda raza, lengua y nación... adoremos y demos gracias a nuestro Precioso Creador


19 de noviembre de 2010

Absorbido en Dios



Tuve los anhelos mas ardientes de Dios que he sentido nunca en la vida. Al mediodía, en mi secreto retiro, no pude hacer nada mas que decirle a mi querido Señor, en una dulce calma, que no tenía ningún deseo excepto Él; nada, sino la santidad; que Él me había dado estos deseos, y solo Él podría darme la cosa deseada. Nunca me pareció estar mas desprendido de mi mismo y tan totalmente consagrado a Dios. Mi corazón se sintió absorbido en Dios la mayor parte del día.

Por la noche tuve tal visión de que el alma era como engrandecida, para contener mas santidad, que me pareció que estaba separada de mi cuerpo. Y entonces luché en agonía por la bendición divina; mi corazón fue atraído en oración hacia algunos amigos cristianos, mas allá de lo que nunca me había acontecido. Me siento diferente ahora de cómo me he sentido antes bajo cualquier goce, mas comprometido para vivir por Dios para siempre.

Fuente: Fragmento Junio 15 del Testimonio personal de David Brainerd.

23 de octubre de 2010

Adoración de corazón


Una mujer samaritana en cierta ocasión discutió con Jesús acerca del mejor tiempo, lugar y estilo de adoración. Jesús le contestó que esos aspectos eran irrelevantes. El lugar de adoración no es tan importante como por qué adoramos y cuánto de nuestro ser le ofrecemos a Dios cuando lo hacemos.

Somos un espíritu que reside en un cuerpo, y él diseñó nuestro espíritu para que pudiéramos comunicarnos con él. La adoración es la respuesta de nuestro espíritu al Espíritu de Dios. «Dios es espíritu, y quienes lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad» Juan 4:24.

Cuando Jesús dijo: «Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma» quería decir que la adoración debe ser auténtica y sentida, de corazón. Cuando adoramos, él mira más allá de nuestras palabras, observando la actitud de nuestro corazón. La Escritura afirma: «La gente se fija en las apariencias, pero yo, (el Señor) me fijo en el corazón» 1 Samuel 16:7.

El mejor estilo de adoración es el que más auténticamente representa nuestro amor a Dios, basado en el trasfondo y la personalidad que Dios nos dio. Si Dios con toda intención nos creó a todos distintos, ¿por qué deberíamos amarlo de la misma manera?.
 Dios quiere que seas tú mismo. El Padre está «buscando personas que, cuando le adoren, sean sencillas y sinceramente ellas mismas cuando se presenten a él».

Fuente: Rick Warren "Una vida con propósito".

7 de octubre de 2010

El niño que le quitó la sed a medio millón de africanos


Ryan Hreljac contaba con 6 años de edad cuando en la escuela en una conversación con su maestra les habló de cómo vivían los niños de África. Se conmovió profundamente al saber que algunos hasta mueren de sed, que no hay pozos de donde sacar agua y pensar que a él bastaba dar unos pasos para que el agua saliera del grifo durante horas.

Ryan preguntó cuánto costaría llevarles agua. La maestra recordó una organización llamada WaterCan dedicada al tema y le dijo que un pequeño pozo podía costar unos 70 dólares. Cuando llegó a su casa fue directo con su madre Susan y le dijo que necesitaba 70 dólares para comprar un pozo para los niños africanos.

Su madre le dijo que debía ganárselos él mismo y le fue poniendo tareas en casa con las que Ryan se ganaba algunos dólares a la semana. Finalmente reunió 70 dólares y pidió a su madre que lo acompañara a la sede de WaterCan para comprar su pozo para los niños de África. Cuando lo atendieron le dijeron que lo que costaba realmente la perforación de un pozo eran 2000 dólares.

Susan le dejó claro que ella no podía darle 2000 dólares por más que limpiara cristales para toda la vida, pero Ryan no se rindió. Le prometió a aquel hombre que volvería…y lo hizo. Contagiados por su entusiasmo, todos se pusieron a trabajar: sus hermanos, vecinos y amigos. Entre todo el vecindario lograron reunir 2000 dólares trabajando y Ryan volvió triunfal a WaterCan para pedir su pozo. En enero del 99…se perforó un pozo en un pueblo al norte de Uganda.

Al día de hoy Ryan, con 19 años de edad, tiene su propia fundación y lleva logrados más de 400 pozos por toda África. Se encarga también de proporcionar educación y de enseñar a los nativos a cuidar de los pozos y del agua. Recoge donaciones de todo el mundo y estudia para ser ingeniero hidráulico. Ryan se ha empeñado con acabar con la sed en África.

Fuente: heroes

11 de septiembre de 2010

Aquel día


Aquel día
En que mi sol se apagaba
Sola corría
De lágrimas inundada
En contra de la vía
Sin importarme nada
Gemía y Gemía
Hasta el aire me asfixiaba.

Aquel día
Sin luz ni esperanza
No veía
La muerte que amenaza...
Tú mi guía
Pusiste tu confianza,
Compañía
Y ternura que me enlaza.

Aquel día
Dejó de ser lamento,
Sólo vida
Con Cristo mi sustento,
Sonreía
Libre de tormento,
Como niña
En los brazos del Maestro.

Poesía-testimonio de Patricia J. Olivera

10 de septiembre - Día Mundial para la Prevención del Suicidio.

31 de agosto de 2010

Dulce fuego en mi corazón



La primera vez que yo recuerdo de esa clase interior de gran deleite en Dios y de las cosas divinas, eso que yo he vivido mucho desde entonces, fue al leer esas palabras en I Timoteo "Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios sea honor y gloria por los siglos de los siglos, amén". Al estar leyendo esas palabras, vinieron a mi alma, y fue como si hubieran derramado en ella, una sensación de la gloria del Divino Ser; una nueva sensación, bastante diferente de cualquier cosa que hubiera experimentado anteriormente. Nunca ninguna de las palabras de la Escritura me habían parecido como estas palabras lo hicieron. Pensé para mí mismo, que excelente era ese Ser!, y qué feliz debería ser yo, si pudiera gozar a ese Dios y ser arrebatado al cielo hasta Él; y estar como si hubiera sido absorbido en Él para siempre. Yo continuaba diciéndolo, y como si estuviera cantando estas Escrituras para mi mismo; y me fui a orar a Dios para que pudiera gozarlo a Él; y oré de una manera bastante diferente a la que estaba acostumbrado con una nueva clase de afecto.


Desde ese momento comencé a tener una nueva clase de comprensión e ideas de Cristo, y la obra de redención, y el camino glorioso de la salvación por medio de Él. Un sentimiento interno, dulce de estas cosas, por momentos, venía a mi corazón; y mi alma era conducida lejos en visiones placenteras y de contemplación. Y mi mente estaba grandemente comprometida a pasar mi tiempo en la lectura y meditación acerca de Cristo, en la belleza y excelencia de su persona, y la amorosa forma de salvación por la gratuita gracia en Él.


Y encontré de tiempo en tiempo una dulzura interior que me elevaba en mis contemplaciones. Esto yo no sé cómo expresarlo de otra manera, que como una quieta y dulce abstracción del alma de todas las preocupaciones de este mundo; y algunas veces una especie de visión, o ideas e imaginaciones de estar solo en las montañas, o en algún paraje solitario, lejos de toda la humanidad, conversando dulcemente con Cristo. Y envuelto y absorbido en Dios. El entendimiento que yo tuve de las cosas divinas, se convertía en repentino avivamiento, como si fuera, un dulce fuego en mi corazón, un ardor en mi alma, eso no se como expresarlo.


Fuente: Memorias de Jonathan Edwards

26 de agosto de 2010

Vale la pena seguir a Dios


Vivimos en un mundo facilista, todo lo queremos rápido y con el menor esfuerzo posible y cuando las cosas se complican y demandan esfuerzo y sacrificio, las abandonamos. Esto lo aplicamos en todas las áreas incluyendo la espiritual. Sin embargo, Dios no prometió que sería fácil, pero si, que valdría la pena. Y vale la pena seguir a Dios, vale la pena buscar hacer su voluntad, vale la pena servirle. Tal vez no llegues a ser rico ni famoso, pero te garantizo, que reinará en tu corazón la paz y al final del camino, cuando mires atrás, verás que valió la pena.

Así que nos regocijamos en la esperanza de alcanzar la gloria de Dios. Ro. 5:2

Escrito por Rocio Salazar

22 de agosto de 2010

Dios se mueve de manera misteriosa



Dios se mueve de una manera misteriosa
para realizar sus maravillas;
planta sus huellas en el mar
y cabalga sobre la tormenta.

Santos temerosos, cobrad nuevo valor;
las nubes que tanto teméis
están hinchadas de misericordia y se abrirán
con bendiciones sobre vuestras cabezas.

No juzguéis al Señor con vuestros
débiles sentidos,
sino confiad en su gracia;
detrás de una providencia de ceño fruncido
Él esconde un rostro sonriente.

Sus propósitos madurarán con rapidez,
abriéndose hora tras hora;
el capullo tendrá amargo sabor,
pero dulce será la flor.

William Cowper
"God moves in a mysterious way"

Pon tu esperanza en el Señor; ten valor, cobra ánimo; ¡pon tu esperanza en el Señor! Salmo 27:14

Alégrense en la esperanza, muestren paciencia en el sufrimiento, perseveren en la oración. Ro:12-12

Por John Piper

18 de agosto de 2010

De la mano del Señor



El camino para subir la montaña con el Buen Pastor está abierto, a veces nos parece imposible, pero el viaje empieza con el primer paso, así que pongamos nuestra mano firmemente en la de El y subamos. El nos lleva a aguas de reposo, a pastos verdes, restaura nuestra alma a medida que subimos y si caemos, no es fatal porque El nos recoge, nos pone en pie de nuevo y nos ánima con Su amor y cuando el camino sea difícil nos lleva en Sus brazos. La condición es que lo hagamos con un corazón limpio. En el valle la vista es muy diferente a la de la montaña. Allí veremos con más sabiduría y la revelación será más profunda, a medida que confiamos en Su amor, nuestro amor crecerá, nuestro corazón será más compasivo y dispuesto a ayudar a otros en el camino. Subamos, vamos a los lugares altos de la mano del Pastor, pasemos tiempo con El allí y dejemos que Su amor nos ministre, sane, y nos prepare para bajar al valle y ser testigos de Su gloria y tener la fortaleza y sabiduría para trabajar en la extensión de Su Reino.

¿Quién subirá al monte del SEÑOR? ¿Y quién podrá estar en su lugar santo? El de manos limpias y corazón puro; el que no ha alzado su alma a la falsedad, ni jurado con engaño. Salmo 24:3-4

Fuente: Escrito por Rocio Salazar amoreterno.org

15 de agosto de 2010

Con quién estás corriendo?


En esta carrera que cada uno de nosotros corre mientras pasan los años de nuestra vida, muchas veces tropezamos, caemos, sentimos dolor, sufrimientos, frustraciones, temor a seguir adelante, y en ocasiones hasta deseos de darnos por vencidos y no continuar hacia la meta. El apóstol Pablo, al igual que cada uno de nosotros, sufrió y padeció, pero nunca desistió en su empeño de seguir adelante. En su carta a los filipenses, Pablo los exhorta a no desanimarse ante las dificultades diciéndoles: “Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” Filipenses 3:13-14.

El autor de la carta a los Hebreos nos alienta a correr la carrera de la fe y a perseverar hasta el fin siguiendo el ejemplo de aquellos que han ido antes que nosotros. La clave en el éxito de aquellos hombres y mujeres fue la fe. Dice Hebreos 11:1-2: “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos”. Tener fe en Dios, confiar en el Señor y su fuerza nos llevará al final de la carrera, a pesar de las dificultades que encontremos en el camino. Jesús dijo a sus discípulos: “En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo” Juan 16:33. Sólo tenemos que confiar. Cristo nos llevará a la meta, porque él ya corrió esta carrera. El sufrió, fue humillado, avergonzado y torturado, pero llegó a la meta obteniendo la más resonante victoria que se haya producido en toda la historia de la humanidad... “y se sentó a la diestra del trono de Dios”.

Por todo esto debemos correr nuestra carrera con “los ojos puestos en Jesús”. Nuestros esfuerzos no son suficientes. Separados de él, dice Jesús, nada podemos hacer. El es quien nos capacita, nos da la fuerza, la sabiduría, el valor y la persistencia para correr esta carrera exitosamente. Decide hoy cambiar tu estrategia. No continúes corriendo tú solo. Apóyate en Jesús. Busca su rostro diariamente en oración, medita en su palabra, cede a él el control de tu vida. El te llevará hasta la meta que Dios tiene preparada para ti.

“Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios”. Hebreos 12:1-2

Fuente: Dios te habla

Fuente 2: Predica Alcanzar a Cristo por Diego Cardona

13 de agosto de 2010

Glorificar y disfrutar a Dios


Para entender lo que el “cielo” significa, debemos imaginarnos a nosotros mismos perfectamente enamorados de Dios – embriagados, sumergidos, disueltos por esa delicia que, lejos de permanecer reprimida en nosotros… fluye de nosotros incesantemente, una y otra vez en una expresión perfecta y natural. El catecismo escocés dice que el fin principal del hombre es glorificar a Dios y gozar de él para siempre. Pero entonces sabremos que ambos son lo mismo. Para estar totalmente gozoso hay que glorificar dirigidos a glorificarlo a El. Dios nos está invitando a disfrutar de él. - C.S. Lewis.


Ustedes lo aman a pesar de no haberlo visto; y aunque no lo ven ahora, creen en él y se alegran con un gozo indescriptible y glorioso. 1 Pedro 1:8


Señor mi Dios, con todo el corazón te alabaré, y por siempre glorificaré tu nombre. Salmo 86:12

7 de julio de 2010

amar y ser amados



Todos llevamos dentro, muy adentro, en lo más hondo de nuestro ser, dos ansias incontenibles: el ansia de amar y, más aún, el ansia de ser amados. Somos AMOR porque Dios, que es amor, nos ha hecho semejantes a Él y, más que nada, nos ha hecho semejantes a Él en el amor.

El amor es sentimiento y es donación. Es conquista, es entrega y es posesión. Y todo eso junto, al ser disfrutado, crea en la persona una satisfacción tan especial, tan honda y única, que puede ciertamente sentirse, experimentarse y gozarse, pero resulta imposible quererla explicar.

Jesucristo dijo de Sí mismo que, al ser levantado de la tierra en la cruz, atraería todas las miradas y todos los corazones hacia Sí. Además, no se avergonzó de manifestar sus ansias de amor, cuando dijo a los apóstoles, horas antes de morir: - ¡Permaneced en mi amor!... (Juan 15,9) Jesucristo daba amor, al morir por todos. Pedía amor, en justa correspondencia. Y aseguraba que tendría amor, que sería un verdadero conquistador de corazones...

Amar es un compromiso serio. ¿A quién amamos? ¿Cómo hemos de amar? ¿De qué manera hay que manifestar el amor del corazón?...

Al formular estas preguntas, nuestra imaginación y nuestro pensamiento se encaminan por muchas direcciones, todas buenas, todas legítimas. Porque hablamos de los amores más puros que pueden existir. Podríamos hablar de esos amores humanos tan bellos y tan necesarios. Pero ahora dirigimos la mirada solamente a Dios, que es el que garantiza la legitimidad de todos esos amores.

Amar a Dios, a quien no se ve, parece que puede ser una cosa difícil. Mejor dicho, parece que puede ser algo real, sí, pero que nunca llegará a ilusionarnos, porque no sentimos nada. Decirle a Dios: ¡Te amo! ¡Te quiero!, puede dejarnos indiferentes y hasta fríos... Pero, no. Amar directamente a Dios es una experiencia mística propia de todo cristiano. Le decimos a Dios ese ¡Te amo! y se nos esponja el corazón.

Porque ese amor no nos nace espontáneamente a nosotros. Es algo que nos viene del mismo Dios. Seríamos incapaces de hacerlo por nuestra cuenta, si el Espíritu Santo no nos pusiera ese sentimiento en el corazón, y no fuera Él quien nos dictara esas palabras. Nuestra oración puede consistir en muchas expresiones del alma que habla con Dios. Todas son buenas y todas nos santifican. Pero la oración alcanza las alturas más subidas cuando el alma se derrama ante Dios exteriorizando lo que el Espíritu Santo nos dicta como lo más sublime que podemos decir: ¡Dios mío, te amo!... ¡Jesús, te quiero!...

Este amor directo a Dios no roba nada a los otros amores. Al revés, los purifica, los hace mucho más auténticos, los asegura convirtiéndolos en permanentes. El amor, todo amor legítimo, viene de Dios y lleva a Dios. El amor, entonces, informa la vida entera. Y nos hace eso: amadores y amados. Total, como Jesucristo, como el mismo Dios. Fuente: Riial

Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas. Dt. 6:5

A los que me aman, les correspondo; a los que me buscan, me doy a conocer. Pr. 8:17

Y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha derramado su amor en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha dado. Rom. 5:5

Y pido que, arraigados y cimentados en amor, puedan comprender, junto con todos los santos, cuán ancho y largo, alto y profundo es el amor de Cristo; en fin, que conozcan ese amor que sobrepasa nuestro conocimiento, para que sean llenos de la plenitud de Dios. Efesios 3:17-19

Si alguien reconoce que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios. Y nosotros hemos llegado a saber y creer que Dios nos ama. Dios es amor. El que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él. 1 Juan 4:15-16

25 de junio de 2010

Vendrá la alegría



Hay personas que anhelan que llegue la noche para ir a descansar, otros quisieran evitarla porque es el momento en que están solos y vienen a su mente pensamientos que los atormenta.

La noche es sinónimo de oscuridad, final del día, donde mora el silencio, donde todo cesa. La noche es linda, cuando tiene estrellas, cuando la luna está en todo su esplendor. Pero qué de esas noches sin luna y sin estrellas, todo alrededor toma otra apariencia. Porque sólo hay oscuridad y hasta puede provocar miedo, porque no distinguimos lo que hay a nuestro alrededor.

Sabes, allí en esa oscuridad de tu vida, donde piensas que la noche se alarga y alarga y no termina, entonces viene el lloro, el lamento, la tristeza. El lloro por la enfermedad (porque sientes que ya no puedes más), el lloro por tus fracasos por tus frustraciones porque tratas y tratas y como que no avanzas en eso que quieres y anhelas, no pasas de la orilla y te lamentas. El lloro porque te sientes solo o sola, piensas que nada ni nadie entienden tus luchas, tu situación. El lloro por tu necesidad por esa necesidad que no ha sido suplida en tu vida. El lloro por no entender lo que pasa a tu alrededor o dentro de ti. El lloro por ese problema que te agobia y oprime porque no le ves solución ni salida. El lloro por esa hija o hijo rebelde o apartado, por ese esposo o esposa, por esa madre o padre o por otro ser querido que te preocupa, pero es de noche y no ves con claridad. Y en tu lamentación y lloro te vence el cansancio por tanto pelear, por tanto esperar, por tanto llorar.

Te duermes sumergido en tu situación, en tu conformismo, te duermes en el sueño de tu pobreza física, emocional o espiritual, te duermes en el sueño de la derrota. Sí, dices: ¿Qué voy hacer?, ya nada puedo hacer…claro nosotros nada podemos hacer, el que hace todo es Él, Él con Su poder. Pero en esa noche tan oscura, tan llorada, tan agotadora, extenuante, Dios quiere consolarte, pero no lo escuchas… Sólo oyes tu lamento, tus gritos, tus reclamos, hasta dormirte en tu baño de lágrimas, de dolor.

Pero ¿Sabes algo? Yo tengo noticias para ti, ya amaneció, ya es de día, ya se fueron las tinieblas, y quizás dices: ¿Y? Bueno que en la Palabra de Dios dice: A la mañana vendrá la alegría. Ya la noche pasó, no más oscuridad en tu vida, ahora hay luz, hay claridad, ya puedes ver mejor las cosas a tu alrededor, no más temor, no más frustración, no más lloro, no más lamento…porque viene la alegría, viene Su gozo. Dice en Su Palabra que el gozo del Señor mi fortaleza es, en Su gozo ÉL nos fortalece, viene Su misericordia en tu vida; porque son nuevas cada mañana, son frescas o sea que esa mañana está cargada, repleta de bendiciones para ti. Ese sentimiento de derrota se va, porque el día trae energía, vitalidad, salud para ti, paz…

Ya amaneció, pero lamentablemente hay algunos que no se dan por enterados, es de día pero ellos todavía están en ese sueño de lamentos y lloro… pero yo te digo: ¡Despierta! Hay gozo para ti, hay victoria para ti, hay salud para ti, Él te suple, te bendice, te llena, Él contesta esa petición, El resuelve ese problema o dificultad, Él liberta a ese ser querido que está atado…

¡Despierta! , ya pasó la noche, la tristeza, el dolor….. No importa cuan larga, tediosa, angustiosa, horrible haya sido la noche, disfruta la mañana que te da el Señor, llena de Su alegría… En la mañana además de venir la alegría, con fortaleza, llena de Su misericordia, también está llena de rocío. Como el rocío desciende sobre la hierba y no queda ni un solo rinconcito que no sea mojado o empapado por el, así Dios a través de su Santo Espíritu quiere impregnarnos de Su poder, de Su presencia, para refrescar tu vida. El Señor busca saturar todo nuestro ser con el rocío del cielo...

¿Todavía es de noche en tu vida? Estás sumergido en ese sueño tormentoso… Quizás porque no has abierto tus ojos para ver que ya la mañana llegó, ya amaneció, así que despierta y recibe la alegría, la fortaleza, Su misericordia y el rocío del Señor.

“Por la noche durará el lloro y a la mañana vendrá la alegría”. “Has cambiado mi lamento en baile, desataste mi cilicio, y me ceñiste de alegría”. Salmo 30:5;11

Fuente: el alma dulce

23 de junio de 2010

La verdadera felicidad


Dios mío, tú eres mi Dios.
Con ansias te busco
desde que amanece,
como quien busca una fuente
en el más ardiente desierto.

¡Quiero verte en tu santuario,
y contemplar tu poder y tu grandeza!
Más que vivir,
prefiero que me ames.
Te alabaré con mis labios.
¡Mientras viva te alabaré!

¡Alzaré mis manos para alabarte!
¡Con mis labios te alabaré
y daré gritos de alegría!
¡Eso me dejará más satisfecho
que la comida más deliciosa!

Me acuesto y me acuerdo de ti;
durante toda la noche
estás en mi pensamiento.
¡Tú eres quien me ayuda!
¡Soy feliz bajo tu protección!
¡A ti me entrego por completo,
porque tu gran poder es mi apoyo!

Salmo 63 (Traducción en lenguaje actual)

22 de junio de 2010

Dulce Oración



Dulce rincón
Que revela tu faz
Hermosa oración
Donde inunda tu Paz.

Placer matutino
Que embriaga de Dios
Y vuelvo a ser niña
Cuando escucho tu voz

Preciosas noticias
recibo señor,
con tus caricias
Me lleno de amor.

Me trae el perdón
Envuelve mi ser
Cuan dulce oración
Donde vuelvo a nacer.

Poema de Patricia Olivera

6 de junio de 2010

Tu Amor



Tu amor, Señor, llega hasta los cielos;
tu fidelidad alcanza las nubes.
Tu justicia es como las altas montañas;
tus juicios, como el gran océano.
Tú,
Señor, cuidas de hombres y animales;
¡cuán precioso, oh Dios, es tu gran amor!
Todo ser humano halla refugio
a la sombra de tus alas.
Se sacian de la abundancia de tu casa;
les das a beber de tu río de deleites.
Porque en ti está la fuente de la vida,
y en tu luz podemos ver la luz. Salmo 36:5-9

31 de mayo de 2010

Tu vida en la mía


¿Qué hiciera Señor yo aquí
si no te tuviera a ti?
Mi vida, triste sería
sin tu amor y compasión
sin tu cariño y perdón
y tu eterna compañía.

¿Qué hiciera Señor yo aquí?
¿Y cómo podría vivir
sin disfrutar cada día,
la preciosa salvación
y el sublime galardón
que en mi alma tú pondrías?

Si no estuvieras aquí,
muy cerquita, junto a mí,
caminar, yo no sabría.
Sin tu sabia dirección
errante anduviera yo
por este mundo, sin guía.

¿Cómo pudiera dormir
sin mi sueño a ti rendir?
¿Cómo descansar podría
sin hablar contigo, Dios
sin implorar tu perdón,
por la noche y por el día?

Siembra pues. Señor en mí,
pasión en servirte a ti,
y que no pase ni un día
sin hablarte en oración
sin tener tu bendición;
pues eres Tú mi alegría.

Por eso, vengo ante ti,
para que quites de mí,
todo lo que estorbaría
a esa hermosa relación
y una bella comunión,
como es tu vida... en la mía.

Verso de Antonio Torres Villén