9 de mayo de 2009

Dios te habla… (parte 11)



Debido a que yo soy tu guía dejas ir toda ansiedad y estas receptivo a la dirección divina. En todo lo que hagas colócame a mi en primer lugar y yo te dirigiré y habré de coronar tus esfuerzos con éxito. Sumérgete en mi océano de amor, desciende hasta lo mas profundo y emerge triunfante con la fe que te mantiene a flote. Yo te he amado con amor eterno, con bondad amorosa te he atraído a mi. Yo, si, yo soy el que te consuela. De la misma forma que una madre conforta y alienta a su niño, así yo te consolaré.

Cree en mi, cree en el milagro viviente porque el más grande de todos los milagros se presenta ante tus ojos. Cristo el Dios vivo que mora en ti resucitado en tu alma. Que esta mente esté en ti, la misma mente que está en Cristo Jesús. Procura los dones mayores y yo te he de mostrar un camino que es aun mas perfecto al permitir que mi amor llene tu mente y tu corazón. Toda rigidez de pensamiento de hábitos se disuelve como el sol derrite el hielo.

Suavemente yo quito el miedo de tu mente y te libero de esos cuadros de dificultad y penumbra. Cuando ores entra en tu habitación, cierra la puerta y ora a mi en secreto y yo que veo en secreto te recompensaré. En el santuario interno de comunión espiritual conmigo hay una solución para cada problema, hay poder para triunfar sobre cualquier adversidad, hay provisión para toda necesidad y sucederá que antes que llames yo responderé y mientras estés hablando yo te escucharé porque te aseguro que para todo problema yo soy la solución, para toda necesidad yo soy la provisión, para cada plegaria yo soy la respuesta.

Yo que puedo nombrar y contar los astros, tengo un corazón repleto de amor para ti. Yo alivio tu angustia y cubro tus heridas. Yo te consuelo y reemplazo tu sufrimiento con alegría, yo puedo descubrir tu llaga escondida y sanar tu herida. No existe pecado oculto que pueda aguantar mis rayos, no existe sufrimiento que pueda escaparse de mi amor. Deja que mi gracia y mi perdón restaure lo mas profundo de tu alma porque cuando habitas en el amor habitas en mi y yo en ti.

El amor es la evidencia de mi presencia en tu vida. Abraza su poder restaurador. El amor disuelve todos los problemas, cura todas las heridas, satisface todas las necesidades. El amor es el cumplimiento de la ley que te concede los deseos de tu corazón. Yo derrocharé en ti todo mi amor y tu estarás abierto y receptivo a mi. He aquí yo hago nuevas todas las cosas. Yo te purifico de errores que no conoces de tal manera que estés sin culpa y seas inocente.

Desde mi santuario te envío ayuda, yo te sostengo, te concedo aquello que está en tu corazón y satisfago todos tus planes. Quizás mi respuesta no sea la solución inmediata a tus problemas pero dentro de las dificultades yo te daré mi gracia en cada momento para manejar la situación y la fortaleza para sobre llevarla. En el medio de tus tribulaciones eres purificado. Yo te restauro la salud y sano tus heridas. En el mundo existen las dificultades pero confía yo he vencido al mundo.

1 comentario:

Diany Benedetti dijo...

la palabra de Dios es lumbrera a nuestros pies...es lo que necesitamos saber en todos los momentos por los que pasemos...bendiciones