23 de octubre de 2010

Adoración de corazón


Una mujer samaritana en cierta ocasión discutió con Jesús acerca del mejor tiempo, lugar y estilo de adoración. Jesús le contestó que esos aspectos eran irrelevantes. El lugar de adoración no es tan importante como por qué adoramos y cuánto de nuestro ser le ofrecemos a Dios cuando lo hacemos.

Somos un espíritu que reside en un cuerpo, y él diseñó nuestro espíritu para que pudiéramos comunicarnos con él. La adoración es la respuesta de nuestro espíritu al Espíritu de Dios. «Dios es espíritu, y quienes lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad» Juan 4:24.

Cuando Jesús dijo: «Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma» quería decir que la adoración debe ser auténtica y sentida, de corazón. Cuando adoramos, él mira más allá de nuestras palabras, observando la actitud de nuestro corazón. La Escritura afirma: «La gente se fija en las apariencias, pero yo, (el Señor) me fijo en el corazón» 1 Samuel 16:7.

El mejor estilo de adoración es el que más auténticamente representa nuestro amor a Dios, basado en el trasfondo y la personalidad que Dios nos dio. Si Dios con toda intención nos creó a todos distintos, ¿por qué deberíamos amarlo de la misma manera?.
 Dios quiere que seas tú mismo. El Padre está «buscando personas que, cuando le adoren, sean sencillas y sinceramente ellas mismas cuando se presenten a él».

Fuente: Rick Warren "Una vida con propósito".

7 de octubre de 2010

El niño que le quitó la sed a medio millón de africanos


Ryan Hreljac contaba con 6 años de edad cuando en la escuela en una conversación con su maestra les habló de cómo vivían los niños de África. Se conmovió profundamente al saber que algunos hasta mueren de sed, que no hay pozos de donde sacar agua y pensar que a él bastaba dar unos pasos para que el agua saliera del grifo durante horas.

Ryan preguntó cuánto costaría llevarles agua. La maestra recordó una organización llamada WaterCan dedicada al tema y le dijo que un pequeño pozo podía costar unos 70 dólares. Cuando llegó a su casa fue directo con su madre Susan y le dijo que necesitaba 70 dólares para comprar un pozo para los niños africanos.

Su madre le dijo que debía ganárselos él mismo y le fue poniendo tareas en casa con las que Ryan se ganaba algunos dólares a la semana. Finalmente reunió 70 dólares y pidió a su madre que lo acompañara a la sede de WaterCan para comprar su pozo para los niños de África. Cuando lo atendieron le dijeron que lo que costaba realmente la perforación de un pozo eran 2000 dólares.

Susan le dejó claro que ella no podía darle 2000 dólares por más que limpiara cristales para toda la vida, pero Ryan no se rindió. Le prometió a aquel hombre que volvería…y lo hizo. Contagiados por su entusiasmo, todos se pusieron a trabajar: sus hermanos, vecinos y amigos. Entre todo el vecindario lograron reunir 2000 dólares trabajando y Ryan volvió triunfal a WaterCan para pedir su pozo. En enero del 99…se perforó un pozo en un pueblo al norte de Uganda.

Al día de hoy Ryan, con 19 años de edad, tiene su propia fundación y lleva logrados más de 400 pozos por toda África. Se encarga también de proporcionar educación y de enseñar a los nativos a cuidar de los pozos y del agua. Recoge donaciones de todo el mundo y estudia para ser ingeniero hidráulico. Ryan se ha empeñado con acabar con la sed en África.

Fuente: heroes