30 de septiembre de 2009

Amar a nuestro Creador



—Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante de la ley? —"Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente" —le respondió Jesús—. Mateo 22:36-37

Que Dios el Padre y el Señor Jesucristo les concedan paz, amor y fe a los hermanos. La gracia sea con todos los que aman a nuestro Señor Jesucristo con amor imperecedero. Efesios 6:23-24

Sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito. Romanos 8:28

El Señor nuestro Dios es el único Señor. Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas. Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando. Deuteronomio 6:4-6



Reconoce, por tanto, que el Señor tu Dios es el Dios verdadero, el Dios fiel, que cumple su pacto generación tras generación, y muestra su fiel amor a quienes lo aman y obedecen sus mandamientos. Deuteronomio 7:9

Por el contrario, cuando me aman y cumplen mis mandamientos, les muestro mi amor por mil generaciones. Deuteronomio 5:10

Los que aman tu ley disfrutan de gran bienestar, y nada los hace tropezar. Yo, Señor, espero tu salvación y practico tus mandamientos. Salmos 119:165-166

Pero que se alegren todos los que en ti buscan refugio; ¡que canten siempre jubilosos! Extiende tu protección, y que en ti se regocijen todos los que aman tu nombre. Porque tú, Señor, bendices a los justos; cual escudo los rodeas con tu buena voluntad. Salmos 5:11-12



A los que me aman, les correspondo; a los que me buscan, me doy a conocer. Conmigo están las riquezas y la honra, la prosperidad y los bienes duraderos. Proverbios 8:17-18

Porque Dios salvará a Sión y reconstruirá las ciudades de Judá. Allí se establecerá el pueblo y tomará posesión de la tierra. La heredarán los hijos de sus siervos; la habitarán los que aman al Señor. Salmos 69:35-36

Si ustedes me aman, obedecerán mis mandamientos. Y yo le pediré al Padre, y él les dará otro Consolador para que los acompañe siempre: el Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede aceptar porque no lo ve ni lo conoce. Pero ustedes sí lo conocen, porque vive con ustedes y estará en ustedes. Juan 14:15-17

Que todos los que te buscan se alegren en ti y se regocijen; que los que aman tu salvación digan siempre: «¡Sea Dios exaltado! Salmos 70:4

19 de septiembre de 2009

Todos los días en amor... por siempre!



Feliz día para todos, Dios los bendiga con su puro y tierno amor!!!

Así como el Padre me ha amado a mí, también yo los he amado a ustedes. Permanezcan en mi amor. Si obedecen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, así como yo he obedecido los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Juan 15:9-10

Yo les he dado a conocer quién eres, y seguiré haciéndolo, para que el amor con que me has amado esté en ellos, y yo mismo esté en ellos. Juan 17:26

Y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha derramado su amor en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha dado. Romanos 5:5

Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros. Romanos 5:8

Ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación, podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor. Romanos 8:39

Y pido que, arraigados y cimentados en amor, puedan comprender, junto con todos los santos, cuán ancho y largo, alto y profundo es el amor de Cristo; en fin, que conozcan ese amor que sobrepasa nuestro conocimiento, para que sean llenos de la plenitud de Dios. Efesios 3:17-19

Más bien, al vivir la verdad con amor, creceremos hasta ser en todo como aquel que es la cabeza, es decir, Cristo. Por su acción todo el cuerpo crece y se edifica en amor, sostenido y ajustado por todos los ligamentos, según la actividad propia de cada miembro. Efesios 4:15-17

Por tanto, imiten a Dios, como hijos muy amados, y lleven una vida de amor, así como Cristo nos amó y se entregó por nosotros como ofrenda y sacrificio fragante para Dios. Efesios 5:1-2

Que Dios el Padre y el Señor Jesucristo les concedan paz, amor y fe a los hermanos. La gracia sea con todos los que aman a nuestro Señor Jesucristo con amor imperecedero. Efesios 6:23-24

Esto es lo que pido en oración: que el amor de ustedes abunde cada vez más en conocimiento y en buen juicio, para que disciernan lo que es mejor, y sean puros e irreprochables para el día de Cristo. Filipenses 1:9-10

Por tanto, si sienten algún estímulo en su unión con Cristo, algún consuelo en su amor, algún compañerismo en el Espíritu, algún afecto entrañable, llénenme de alegría teniendo un mismo parecer, un mismo amor, unidos en alma y pensamiento. No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos. Filipenses 2:1-3

De modo que se toleren unos a otros y se perdonen si alguno tiene queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes. Por encima de todo, vístanse de amor, que es el vínculo perfecto. Que gobierne en sus corazones la paz de Cristo, a la cual fueron llamados en un solo cuerpo. Y sean agradecidos. Colosenses 3:13-15

Mantengamos firme la esperanza que profesamos, porque fiel es el que hizo la promesa. Preocupémonos los unos por los otros, a fin de estimularnos al amor y a las buenas obras. No dejemos de congregarnos, como acostumbran hacerlo algunos, sino animémonos unos a otros, y con mayor razón ahora que vemos que aquel día se acerca. Hebreos 10:23-25

Ahora que se han purificado obedeciendo a la verdad y tienen un amor sincero por sus hermanos, ámense de todo corazón los unos a los otros. Pues ustedes han nacido de nuevo, no de simiente perecedera, sino de simiente imperecedera, mediante la palabra de Dios que vive y permanece. 1 Pedro 1:22-23

En fin, vivan en armonía los unos con los otros; compartan penas y alegrías, practiquen el amor fraternal, sean compasivos y humildes. No devuelvan mal por mal ni insulto por insulto; más bien, bendigan, porque para esto fueron llamados, para heredar una bendición. 1 Pedro 3:8-9

Ya se acerca el fin de todas las cosas. Así que, para orar bien, manténganse sobrios y con la mente despejada. Sobre todo, ámense los unos a los otros profundamente, porque el amor cubre multitud de pecados. Practiquen la hospitalidad entre ustedes sin quejarse. 1 Pedro 4:7-9

Salúdense los unos a los otros con un beso de amor fraternal. Paz a todos ustedes que están en Cristo. 1 Pedro 5:14

El amor de Dios se manifiesta plenamente en la vida del que obedece su palabra. De este modo sabemos que estamos unidos a él: el que afirma que permanece en él, debe vivir como él vivió. 1 Juan 2:5-6

Queridos hermanos, amémonos los unos a los otros, porque el amor viene de Dios, y todo el que ama ha nacido de él y lo conoce. El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor. 1 Juan 4:7-8

En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y envió a su Hijo para que fuera ofrecido como sacrificio por el perdón de nuestros pecados. Queridos hermanos, ya que Dios nos ha amado así, también nosotros debemos amarnos los unos a los otros. Nadie ha visto jamás a Dios, pero si nos amamos los unos a los otros, Dios permanece entre nosotros, y entre nosotros su amor se ha manifestado plenamente. 1 Juan 4:10-12

Si alguien reconoce que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios. Y nosotros hemos llegado a saber y creer que Dios nos ama. Dios es amor. El que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él. Ese amor se manifiesta plenamente entre nosotros para que en el día del juicio comparezcamos con toda confianza, porque en este mundo hemos vivido como vivió Jesús. En el amor no hay temor, sino que el amor perfecto echa fuera el temor. El que teme espera el castigo, así que no ha sido perfeccionado en el amor. 1 Juan 4:15-18

Todo el que cree que Jesús es el *Cristo, ha nacido de Dios, y todo el que ama al padre, ama también a sus hijos. Así, cuando amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos, sabemos que amamos a los hijos de Dios. En esto consiste el amor a Dios: en que obedezcamos sus mandamientos. Y éstos no son difíciles de cumplir. 1 Juan 5:1-3

La gracia, la misericordia y la paz de Dios el Padre y de Jesucristo, el Hijo del Padre, estarán con nosotros en verdad y en amor. 2 Juan 1:3



12 de septiembre de 2009

Sentado en su trono



El libro de Apocalipsis en la Biblia describe la belleza de Jesús. Las escrituras hablan de una visión maravillosa que tuvo Juan el Apóstol en la Isla de Patmos. Allí se manifestó la Gloria de Jesucristo; y Jesús Adrian con su preciosa voz interpreta este cántico de adoración al Cristo Triunfante del Apocalipsis. El que viene para derribar todo trono y ocupar el Señorío que se merece...El es PODEROSO EN MAJESTAD E IMPERIO...y toda rodilla se doblara de los que están en el Cielo y en la tierra y proclamaran que JESUCRISTO ES EL SEÑOR.



//Sentado en su trono, rodeado de luz
a la diestra del Padre, gobierna Jesús.
Con ojos de fuego, con rostro de sol
cuando abre su boca, es trueno su voz.//
//Poderoso en majestad y reino,
Poderoso.
Poderoso en potestad e imperio,
Poderoso.//
Un gran arcoiris corona su ser.
El es el cordero que pudo vencer.
El es el primero, El es el postrer
y arrojan coronas delante de El.
//Poderoso en majestad y reino,
Poderoso.
Poderoso en potestad e imperio,
Poderoso.//
Poderoso, Poderoso, Poderoso

4 de septiembre de 2009

Yo soy especial



Cuando Dios nos creó, Él nos hizo a cada uno de nosotros único y diferente. Hay un viejo adagio que dice que dos gotas de agua nunca son iguales. De la misma manera se dice de la gente. Somos distintos. Yo llamo a esta manera de ser creados, el "ser verdadero". Este ser contiene todos nuestros dones, nuestras fortalezas, nuestras habilidades y las cualidades que nos hacen especiales.

Vivir la vida desde la perspectiva del ser verdadero vale la pena. Esta es la persona que queremos ser. Cuando alguien dice que una labor o habilidad se le da naturalmente, estamos hablando del talento y las caracteristicas especiales que Dios le dio que fluyen de quien él es. Virginia Satir describe bien el concepto en su ensayo llamado "Yo soy especial":

Yo _____________ soy especial. En todo el mundo no hay nadie como yo. Desde el principio del tiempo, no ha habido nunca otra persona como yo. Nadie tiene mi sonrisa. Nadie tiene mis ojos, mi nariz, mi cabello, mi voz. No se puede hallar a nadie con mi manera de escribir. Nadie en ninguna parte, tiene mis gustos en comida o música o arte. Nadie ve las cosas como yo las veo. En todo el tiempo no hay nadie que ría como yo, nadie que llore como yo. Y lo que me hace reír o llorar, nunca provocará la misma risa o lágrimas en nadie mas, nunca.

Yo soy el único en toda la creación que tiene mis habilidades. Siempre habrá alguien que será mejor en alguna de las cosas en las que soy bueno, pero nadie en el universo puede alcanzar la combinación de mis talentos, habilidades y sentimientos. Como una habitación llena de instrumentos, algunos pueden ser exelentes solos, pero ninguno puede alcanzar el sonido sinfónico que se logra cuando todos son tocados juntos. Yo soy una sinfonía.

A través de toda la eternidad nadie nunca verá, hablará, caminará, pensará o hará como yo. Yo soy raro. Y en la rareza hay valor. Y por mi grandioso raro valor, no necesito tratar de imitar a otros. Aceptaré, si, celebraré mis diferencias. Yo soy especial. Y empiezo a darme cuenta que no es un accidente que yo sea especial. Estoy empezando a ver que Dios me hizo especial por un propósito muy especial. El tiene una tarea para mí que nadie mas puede hacer mejor que yo. Ese soy yo porque yo soy especial.

Fuente: Alfred C.W. Davis.
Una teoría y proceso para consejería cristiana
y sanidad interior.

Sea usted mismo



¿Alguna vez se comparó con otra persona? ¿Cómo se sintió?

¿Qué es la confianza? Se ha definido como la cualidad de afirmación que lleva a uno a realizar algo; la creencia de que uno es capaz y aceptado; la certeza que hace que uno sea decidido, abierto y llano.

Si usted piensa en cada una de estas tres definiciones, verá como el diablo ataca a quien muestre cierto grado de confianza. Las personas que han sido maltratadas, rechazadas o abandonadas, generalmente no tienen confianza. Esas personas tienen una personalidad vergonzosa, culpable y poseen una imagen muy pobre de sí mismos.

Su meta última es la total destrucción de la persona. La razón es simple:

Un individuo carente de confianza nunca dará un paso para hacer nada edificante en el reino de Dios o perjudicial para el reino de Satanás, y por lo tanto nunca cumplirá el plan de Dios para su vida.

La espera de fracasos + el temor al fracaso = fracaso

Satanás no quiere que usted cumpla el plan de Dios para su vida porque usted es parte de su última derrota. Si él logra hacerle creer que usted es incapaz, entonces usted ni siquiera intentará emprender nada que valga la pena. Aunque haga algún esfuerzo, su temor al fracaso sellará su derrota, lo que debido a la falta de confianza, probablemente usted espere desde el principio. Esto es lo que se conoce como el “síndrome del fracaso”.

No importa cuántos planes maravillosos Dios pueda tener en mente para usted, pero hay una cosa que tiene que saber: La habilidad de Dios para hacer que su voluntad se cumpla en su vida está determinada por su fe en Él y en su Palabra.

Si usted realmente quiere ser feliz y tener éxito tendrá que empezar a creer que Dios tiene un plan para su vida y que Él hará que sucedan cosas buenas en su vida mientras usted deposita su confianza en Él. No necesitamos tener confianza en nosotros mismos; ¡necesitamos tener confianza en Jesús!

Yo tengo confianza en mí misma solamente porque sé que Cristo está en mí, siempre presente y listo a ayudarme en todo lo que intento hacer por Él. Un creyente sin confianza es como un avión parado en la pista pero sin combustible; se ve muy bien por fuera, pero no tiene poder. Con Jesús en nuestro interior tenemos el poder de hacer lo que no podemos hacer por nosotros mismos.

La mentira sobre la confianza en uno mismo

Todos hablan acerca de la confianza en sí mismos. Se ofrecen todo tipo de seminarios sobre la confianza, tanto en el mundo secular como en las iglesias. La confianza generalmente se refiere a la “confianza en uno mismo” porque todos sabemos que necesitamos sentirnos bien con nosotros mismos si es que alguna vez vamos a lograr algo en la vida.

Se nos ha enseñado que todas las personas tienen necesidad básica de creer en sí mismas. Pero ese es un concepto equivocado.

En verdad, no necesitamos creer en nosotros mismos, necesitamos creer en Jesús y que Él está en nosotros. Que no se nos ocurra sentirnos bien con nosotros mismos separados de Jesús.

Cuando el apóstol Pablo nos instruye a no colocar nuestra confianza en la carne (Filipenses 3:3), él quiere decir exactamente eso. No tenemos que tener confianza en nosotros mismos, ¡Tenemos que tener confianza en Dios!

Confianza en ser un individuo

En 1 Corintios 3:16-17 Pablo nos enseña que todos formamos un cuerpo aunque cada uno de nosotros es un miembro de ese cuerpo. En Romanos 12:4-6 dice casi lo mismo, pero de diferente manera. Esta es una verdad muy importante ya que vivimos una vida miserable y apagamos el poder de Dios en nosotros cuando tratamos de ser algo o alguien que no somos.

Si Él hubiese querido que fuésemos iguales, nos habría hecho iguales. En cambio nuestra exclusividad es tan importante para Él que hasta se llegó al extremo de darnos diferentes huellas digitales a cada uno. No es malo ser diferente. ¡Ese es el plan de Dios! Usted tiene que creer que es un individuo único, especial y valioso.

No trate de ser otra persona

La gracia de Dios nunca estará disponible para que usted sea otra persona. Él lo creó a usted para que sea usted; el mejor usted que pueda ser. Olvídese de intentar ser otra persona. Eso es siempre un error, porque generalmente la persona que usted escoge para parecerse, la persona que “lo tiene todo”, no es como usted cree.

¡Sea usted mismo! ¡Usted tiene el derecho de ser usted mismo! ¡No permita que el diablo le robe ese derecho!

Fuente: Joyce Meyer.

2 de septiembre de 2009

El campo de batalla de la mente



La mente es el campo de batalla, según 2 Corintios 10.3-5. Estamos en una guerra espiritual que debemos pelear con armas espirituales. Usando estas armas, refutamos las mentiras del enemigo, los argumentos, las teorías, los razonamientos y cualquier otra cosa que trate de exaltarse en contra de la verdad de la Palabra de Dios. Tenemos que llevar nuestros pensamientos cautivos y no permitirnos el lujo de recibir y meditar acerca de cualquier pensamiento que nos llega a la cabeza.

Tenemos que disciplinarnos para “pensar acerca de lo que estamos pensando”. Esto requiere de ejercicio y practica. El arma principal que usamos para la guerra es la palabra de Dios aplicada en varias maneras: predicada, enseñada, cantada, confesada, meditada, escrita, y leída. La Palabra de Dios tiene un efecto purificador en nuestras mentes en todas las formas en que la usamos. Antes tenia una mente negativa, vagando y cuestionando. Ahora, después de muchos años de poner en practica la Palabra, y con la ayuda del Espíritu Santo puedo decir con confianza “Tengo la mente de Cristo" (1 Corintios 2.16).

Tu puedes ganar la batalla en tu mente, cada fortaleza puede ser destruida y cada decepción puede ser revelada. No aceptes menos que la libertad total!

Ora así:
“Gracias, Señor, por tu Palabra que renueva mi mente y me libera! Tengo la mente de Cristo! En el nombre de Jesús, Amen!”

Derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo. (2 Corintios 10:5).

Fuente: Joyce Meyer.