30 de noviembre de 2009

A pesar de todo …Vuela



Cuando el camino se hace cuesta arriba… no lo dejes. Cuando las cosas andan mal… no abandones. Cuando no consigas resultados y se sumen los problemas… no te rindas. Cuando quieras sonreir y sólo puedas suspirar…no te caigas. Cuando la suerte, te sea adversa y no encuentres fuerzas para seguir… no renuncies. Cuando no encuentres compañeros de lucha… no te apures.
¡Hay manos que sostienen las tuyas!

Cree y siente cada minuto de tu vida, deja que tu alma “vuele libre” por los jardines hermosos de la confianza en Dios, que llega donde nuestra visión no puede alcanzar, pero sí nuestro corazón puede sentir. ¡Tu alma desea estar libre para darte fuerza y estímulo! Intentalo!

Cierra los ojos por algunos minutos y deja tus pensamientos volar por sitios de amor. No podemos cambiar el mundo, ni quitar todo el dolor de la tierra, ni tener ya, resueltos todos nuestros problemas, pero podemos mirar con amor, cada minuto de nuestra vida.

Si pensamos que todo es pasajero, miremos con Amor lo negativo, que te encamina a la perfección, y luego observaremos con felicidad el cambio del mal en bien, de tristezas en alegrías.

Lo que hoy nos hace sonreír fueron las cosas que nos hicieron llorar ayer. Nuestras faltas de hoy, también son las alegrías de mañana. Las personas se van, los amores se pierden en el tiempo, los problemas se solucionan, hasta el mismo sol se va cada noche para renacer al día siguiente… no te quedes en el medio del camino porque allá, adelante… ¡te espera la recompensa de Jesús! Autor Desconocido.

Dios te hizo para volar. Para ir por encima de las circusntancias de la vida y mirar hacia el cielo.

Ustedes son testigos de lo que hice con Egipto, y de que los he traído hacia mí como sobre alas de águila. Exodo 19:4.

Pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas: correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán. Isaías 40:31

Ten misericordia de mí, oh Dios, ten misericordia de mí; Porque en ti ha confiado mi alma, Y en la sombra de tus alas me ampararé Hasta que pasen los quebrantos. Salmo 57:1

20 de noviembre de 2009

Ayuno extraño



Ayuna de palabras hirientes….y transmite palabras bondadosas.

Ayuna de descontento… y llènate de gratitud.


Ayuna de enojos… y llènate de mansedumbre y paciencia.


Ayuna de pesimismo…. y llènate de esperanzas y optimismo.


Ayuna de preocupaciones… llènate de confianza en Dios.

Ayuna de quejas… llènate de las cosas sencillas de la vida.

Ayuna de juicios a otros… y descubre a Jesùs que vive en ellos.


Ayuna de egoìsmos… y llènate de compasiòn.


Ayuna de palabras… y llenate de silencios para poder escuchar.


Si intentaramos esta forma de ayuno,

nuestra realidad se irà inundando de paz… amor… confianza…


Autor anónimo

15 de noviembre de 2009

En los caminos de Dios



Felicidad es de un cristiano,
que en su vida reine Cristo.
El alma alegre está en todo momento,
viviéndose el amor, incluso cuando hay llanto.

¿Por qué la felicidad? me preguntas.

Con Jesús muere el pecado, hay salvación;

al intentar ser mejor, está su ayuda;
hay esperanza, y se siente bien el pecho.

Más aun, uno está “como enamorado”;
en el vivir sabiendo que alguien te ama;
estando al alcance de una oración su mano.

Su Espíritu Santo es la compañía del justo.

Las cargas en oración se dejan, siendo la suya ligera.

Si en una mejilla llega el golpe, habrá de Él, justicia.

Y uno se siente protegido, sin tentarlo, por Dios.

Pero es estrecho este camino, donde no entra lo malo…

Es un camino donde brilla la luz y feliz eres;

Puede haber carencias en la vida, vivimos…

Pero el cristiano aun agradece, porque sabe, es rico.


Saber que Dios sustenta es una realidad.

Dios ama, no abandona, aunque a veces halla carencias.

Numerosas veces he orado, y las mismas dado gracias,

Dios verdaderamente sacia la sed espiritual, y mucho ama.


Esta es la felicidad, incluso de todos los días…
En la fe, con oración y serenidad se avanza por la vida…

Haciendo lo correcto, los problemas se solucionan…
¡Y se vive contento! ¡con Dios a quien se adora!

Autor: Javier R. Cinacchi

10 de noviembre de 2009

Padre de las luces



Los cielos cuentan la gloria de Dios, el firmamento proclama la obra de sus manos. Un día comparte al otro la noticia, una noche a la otra se lo hace saber. Sin palabras, sin lenguaje, sin una voz perceptible, por toda la tierra resuena su eco, ¡sus palabras llegan hasta los confines del mundo! Dios ha plantado en los cielos un pabellón para el sol. Y éste, como novio que sale de la cámara nupcial, se apresta, cual atleta, a recorrer el camino. Sale de un extremo de los cielos y, en su recorrido, llega al otro extremo, sin que nada se libre de su calor.

La ley del Señor es perfecta: infunde nuevo aliento. El mandato del Señor es digno de confianza: da sabiduría al sencillo. Los preceptos del Señor son rectos: traen alegría al corazón. El mandamiento del Señor es claro: da luz a los ojos. El temor del Señor es puro: permanece para siempre. Las sentencias del Señor son verdaderas: todas ellas son justas. Son más deseables que el oro, más que mucho oro refinado; son más dulces que la miel, la miel que destila del panal. Por ellas queda advertido tu siervo; quien las obedece recibe una gran recompensa.

¿Quién está consciente de sus propios errores? ¡Perdóname aquellos de los que no estoy consciente! Libra, además, a tu siervo de pecar a sabiendas; no permitas que tales pecados me dominen. Así estaré libre de culpa y de multiplicar mis pecados. Sean, pues, aceptables ante ti mis palabras y mis pensamientos, oh Señor, roca mía y redentor mío. Salmo 19

4 de noviembre de 2009

¿Qué te da paz?



Si le preguntas a la gente, que le da paz, la mayoría te dirán que depende de las circunstancias: una relación sólida con el esposa o esposa, un buen empleo, una buena salud, hijos ejemplares, etc. Entonces, cuando hay una discusión, cuando el hijo fracasa o se rebela, cuando la compañía lo despide o se enferma, ¿pierde la paz? La paz que depende de las buenas situaciones no es paz. Es simple armonía entre el hombre y su ambiente y se puede derrumbar fácilmente. Jesucristo nos ofrece la verdadera paz. Paz inquebrantable que no depende de las circunstancias. Esto no quiere decir que nos volvemos irresponsables e indiferentes, sino que la seguridad que Dios nos da de que Él está en control y que lo que está pasando es permitido por Él, nos ayuda a pasar por la prueba sin perder la paz. Esto conlleva someternos a Él y a su guía, conocerlo, tener una relación intima con Él, obedecerlo en todo y permitirle moldearnos a Su imagen para lo cual Él usa esas mismas pruebas, pero Su paz permanece en nosotros.

Busca la paz y síguela. Salmo 34:14
Señor, tú estableces la paz en favor nuestro. Isaías 26:12

Fuente:www.amoreterno.org

2 de noviembre de 2009

Sentir y ver a Dios

Siempre he pensado que meditar en Dios cuando se hace ejercicio es una maravillosa combinación. En silencio, en contacto con la naturaleza y con Dios llegan los pensamientos y sentimientos mas especiales. Y hoy encuentro en este video de Jesús Adrian esta perfecta descripción enlazado a la omnipresencia de Dios. Que bendición ver a Dios en cada corazón, toda su creación en su precioso Amor eterno!
—¿No te dije que si crees verás la gloria de Dios? —le contestó Jesús. Jn.11:40
Y ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú has enviado. Jn. 17:3
En verdad, él no está lejos de ninguno de nosotros, "puesto que en él vivimos, nos movemos y existimos". Hch. 17:26-28



“El sonido de mis pies sobre la tierra se ha convertido en una nueva forma de expresión. En ocasiones cada paso viene a representar palabras de una oración, letras de una canción, gemidos de un clamor. El correr me permite alejarme de todo y experimentar la soledad que a veces es tan necesaria, allí puedo encontrarme conmigo mismo y con Dios. Mas que un ejercicio el correr se ha convertido en un lenguaje, una manera nueva de comunicarme con Dios y un canal para que Él se comunique conmigo. Ya han sido cientos de horas y miles de kilómetros practicando esta nueva forma de comunicación. A veces en el desierto, a veces en la ciudad, a veces en lugares de mucha necesidad. La soledad de esas largas carreras me permite escuchar con mas claridad la voz de Dios. Han sido muchas las ocasiones en las que he sentido su amor y he escuchado su voz a través de la creación, diciéndome que todo lo creó para llamar mi atención, para conquistarme, para alegrar mi corazón. Con el paso de los años me he dado cuenta que estos tiempos de correr han hecho que para mi Dios se vuelva mas real, mas cercano, mas natural, deja de ser solo un concepto y se convierte en mi amigo, en mi compañero. He aprendido a verlo no solo en la naturaleza sino también en la gente que se cruza en mi camino. Lo he visto en el rostro de un vendedor en el mercado, pero sobre todo lo he visto con mas claridad en gente necesitada. El día de ayer lo vi en un niño de la calle, fue tan real, fue mas claro que la luna”. Jesús Adrian Romero.